La cesárea es una intervención quirúrgica que se practica en mujeres embarazadas cuando el parto vaginal no es posible o no es seguro. Para ello se realiza una incisión en la zona baja del vientre, desde donde es posible la extracción del bebé con seguridad dejando una marca menos evidente. Conoce más sobre la cesárea, recuperación y cuidados.
¿Cómo se realiza la cesárea?
En una cesárea participan: 2 ginecólogos, un anestesista, una enfermera instrumentalista y otra enfermera circulante.
En primer lugar, el cirujano realiza una incisión en el abdomen y el útero de manera horizontal en la línea superior del área púbica, por donde introduce las manos y extrae la placenta y al bebé.
Una vez se ha sacado al bebé, se corta y se liga el cordón umbilical, se sutura el útero con puntos reabsorbibles y el abdomen con grapas o puntos de sutura que generalmente se retiran a los pocos días. Se limpia la herida quirúrgica y se cubre.
Por otro lado, se realiza una limpieza rápida del bebé, para quitarle los restos que pueda tener en la nariz y la boca, y es valorado por el pediatra. Después, tras comprobar que respira bien y sus signos vitales son correctos se le entrega a la madre para realizar el piel con piel.
La madre está despierta durante todo el proceso. Al igual que un parto vaginal, la anestesia utilizada en estos casos es epidural. Es importante que esté lista para recibir a su pequeño libre de dolores y preocupaciones, disfrutando de un momento único en el que verá, oirá, olerá y sentirá por primera vez al bebé.
A diferencia del parto natural, la cesárea puede programarse o acelerarse si es necesario. Además, la duración está previamente establecida. Salvo complicaciones, en menos de una hora la mamá estará recuperándose en la cama del hospital.
Los cuidados tras la cesárea
Una vez ha terminado la operación, la madre es llevada junto con su bebé a la habitación. Allí comenzará la recuperación de su herida, que puede tardar un tiempo variable, dependiendo de cada mujer en particular. Lo habitual es que esté de dos a tres días en el centro y que después pueda terminar de recuperarse en su domicilio. El proceso lleva de cuatro a seis semanas.
Los apósitos PolyMem pueden ser de gran ayuda para la recuperación de la cesárea, se colocan en el quirófano una vez finalizada la intervención, mantienen limpio el lecho de la herida, aceleran la cicatrización y permiten que la mamás se movilicen sin problemas. Además, previenen de una posible infección, facilitando una recuperación más rápida y una mínima cicatriz.
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